viernes, 26 de diciembre de 2008

Viaje a Nueva York

Introducción

Os sorprenderá que escriba ahora el viaje a Nueva York, pero le voy a dar un poco más de prioridad que al de Alemania ya que así podéis ir leyendo las aventuras.

El viaje comenzó con bastantes problemas desde el día anterior a mi salida. Mientras hacía la maleta veía en el telediario que 610 vuelos a Nueva York habían sido cancelados, y entre ellos 450 a Newark, que era mi destino.

Cuando llegué al aeropuerto, la tripulación iba llamando a gente con vuelo directo a Newark y que luego no fuera a hacer escalas posteriores. Nos iban explicando en mostradores diferentes las consecuencias del retraso. Al parecer los vuelos desde Newark se habían retrasado cinco horas. Por suerte pude facturar mi equipaje y me volví a casa a dormir un rato.

Finalmente el vuelo salió, 6 horas más tarde de lo programado. Fue un vuelo algo pesado, pero no tanto como el de Madrid a Chicago que hice en verano de este mismo año. El avión era infinitamente más cómodo que el de aquella compañía con la que volé en verano, y tenía mi propio monitor y mando a distancia para elegir la película que quisiera. Allí iba yo, a Nueva York.

El vuelo fue bastante accidentado en cuando a tubulencias se refiere, e incluso en algún momento me quedé alucinado porque me levanté del asiento. El cinturón de seguridad tuvo que hacer su función.

Llegada a Newark

El aeropuerto de Newark no es demasiado grande. Recibe relativamente pocos vuelos. Sin embargo, dispone de más de 40 mostradores para el control de inmigración. ¡¡Benditos sean!! Tuve que esperar una cola de tan sólo 3 personas... Ojalá me hubiera pasado eso para ir a San Francisco, en vez de las 3 horas y media que tardé en Chicago.

-Welcome to the USA again, Mr... (Bienvenido a los Estados Unidos de América, señor...)

Es lo que me policía que me tocó. No supo cuál era mi apellido, como suele ocurrir con nuestros pasaportes. Pocos países tienen 2 apellidos como España, y algunos de los ejemplos son Brasil y Japón. Y es que al ver el sello en el pasaporte que indica que ya entré en verano de este año a los EEUU, el tipo pensó que la cosa iba a ser rápida. Uno se hace poco a poco americano, como ya véis...

La entrevista fue en inglés. No tiene ni punto de comparación con el inglés que se habla en Chicago o en San Francisco. En San Francisco me costaba mucho más entenderles, pero aquí fue realmente sencillo. El policía me preguntó por qué quería ir a New York, cuándo tiempo iba a estar, y finalmente dónde me alojaba.

-En la dirección que aparece en el papel verde que le he entregado, señor.

Pero él tapó el papel. Entonces dije:

-De acuerdo, tengo apuntada la dirección - y proseguí a sacar mi libreta con la dirección.

Además, me la sabía de memoria, así que se la dije. Entonces comprobó la dirección y me dijo:

-¿Qué es eso?
-Una residencia.
-¿Eres estudiante?
-No, es una residencia de estudiantes, se llama Manhattan School of Music Residence, y está en la calle...
-Ok, ok, me parece perfecto.

Me pidió los 4 dedos de la mano derecha (en Chicago me habían pedido los 10 dedos de las manos). Luego vino la foto (sin gafas), y por fin el sello en el pasaporte.

Tiempo de espera en cola: 10 minutos.
Tiempo dedicado a mi turno: 2 minutos.

En total: 12 minutos. Esto no tiene nada que ver con los 210 minutos que tardé en Chicago.

Por supuesto, el policía se despidió con un: "Enjoy the USA again, Mr..." (Disfrute los Estados Unidos de América, Señor...) Pero esta vez sí dijo bien mi apellido.

Tras eso, ya sabéis: recogida de equipajes, ir al mostrador de aduanas, y ya estamos fuera. En el mostrador de aduanas estaban revisando todos los equipajes. Una vez más, mi diarrea verbal me salvó de una inspección al caerle genial al policía. Os cuento por qué:

Una chica Venezolana recogía su equipaje conmigo. La sala estaba casi vacía. Fuimos juntos al mostrador de aduanas porque ella no sabía cómo salir de allí, ya que estaba en EEUU sólo durante media hora y luego se iba a Venezuela. Menuda puñetería, por cierto, ya que necesitaba visado sólo para media hora!!!

Íbamos hablando y, al llegar al mostrador, un policía le dijo al otro: "déjame a mí, que éstos hablan español". Muy amable atendió a la chica, le preguntó por su procedencia, y la chica había rellenado en el formulario de aduanas todos los datos, pero cometió un error.

Os quiero aclarar una cosa: en el formulario de aduanas hay una casilla donde hay que poner el valor de los bienes que permanecerán en EEUU. Esto no implica que tengas que poner el valor de tu portátil, cámara de fotos y sumarle el dinero en efectivo que llevas. "... que permanecerán..." Está bien claro. Mi portátil, dios lo quiera, se va a volver conmigo a España!!! Así que no hay que declarar nada, sólo regalos que lleves a alguien.

Pues bien, esta chica declaró su portátil y cámara de fotos, así que le registraron todo, perdiendo así más de media hora en el control de aduanas seguramente (porque llevaba 2 maletones) y además le quitaron un bocadillo.

Cuando llegó mi turno, el policía me preguntó si íbamos juntos, y le dije que no, que habíamos coincidido en el mismo vuelo y estábamos hablando un rato. Me preguntó que si me parecía acento Venezolano, porque a él no le parecía para nada. Y es que el acento de la chica era completamente Canario. Sin embargo, ella me había dicho que tenía ese acento porque estaba estudiando en Canarias y se le había pegado. Comentándole la jugada al policía, me dijo: "muy bien señor, que tenga una buena estancia".

Si no hay nada como rajar como un cosaco.

Ahora faltaba coger un taxi hasta la residencia. Tienen tarifas fijas, puedes pagar con tarjeta de crédito y es realmente fácil. El taxista hablaba mucho. Era un tipo "moreno" que hablaba un inglés muy clarito. El frío era considerable.

Llegada a la residencia

Mi entrada a la residencia fue colosal. Coincidí con el responsable de la academia que aloja a la gente. Menuda casualidad. Él me esperaba a las 2 de la tarde, y sin embargo llegué a las 8. En la residencia donde me alojo hay muchas plantas para la gente que estudia música en esta escuela. Pero mi escuela de inglés tiene reservadas 3 plantas: 15, 16 y 17. Sólo podemos acceder a esas plantas, supuestamente.

Así que fuimos a la planta 17, donde tienen el despacho y me hizo los papeles. Obtuve mi llave, mi tarjeta de identificación (necesaria para poder entrar al edificio) y mi ropa de cama, que sacó de un cajón parecido a un contenedor de basura. Al menos, las sábanas olían a limpio...

Me encontré con una habitación realmente generosa, con una ventana grande desde que la que tengo unas vistas tremendas. Aquí en la residencia tienen un montón de reglas estúpidas, sobre todo restrictivas para los estudiantes de la escuela de inglés, ya que los estudiantes de música tienen más flexibilidad.

La habitación cuenta con conexión a internet, pero hay que usar un cable de red Ethernet. Ellos te avisan de que hay WiFi y te dan usuario y contraseña, pero realmente no existe red WiFi. Por suerte alguien me avisó y me traje el cable de red.

Sin embargo, la conexión está gestionada por la escuela, la cual capa muchas páginas, como por ejemplo Picassa, lo cual me fastidia bastante porque no puedo subir cómodamente las fotos aquí al blog.

Como uno tuvo mucho tiempo en el vuelo, se leyó el "Handbook" de la residencia, que es para los estudiantes de música, realmente. En él comentan que en la 6ª planta hay WiFi en una sala de estar. Me imaginé entonces que era una conexión independiente de la de la escuela, así que no estaría capado nada. Supuestamente no puedo ir allí, pero aunque uno de los ascensores sólo tiene los botones del piso bajo, del 15, 16 y 17, el otro los tiene todos. Allí fui, a la 6ª planta. Me conecté, todo divino, una WiFi maravillosa, pero cuando salí del ascensor, no miré atrás...

¿Qué significa eso? Significa que cuando quise volver a mi planta, el ascensor no tiene botones para llamarlo. Los estudiantes de música utilizan una llave para ello. ¡¡Estaba encerrado!! Porque además las escaleras sólo se pueden utilizar si hay un incendio, y si abres la puerta la alarma suena.

No puedo salir de la 6ª planta.
Voy a tener que llamar al teléfono de emergencia que hay en la hoja de la academia de inglés.
No me sé el teléfono de emergencia!!!
Voy a tener que llamar al 911... (Es como llamar al 112 en España).
Bueno, siempre puedo abrir la puerta de incendios, bajar 6 pisos (porque no voy a subir 9), y si suena la alarma, mala suerte.
Apuf apuf apuffffff.
Vale, voy a mirar la zona, esto no puede ser así, ¿y si un día alguien se equivoca? Oh my God!!!
Apuffffff....

Tras unos momentos de crisis, encontré la luz. Hay más ascensores en las otras plantas!!! Y tienen botones!!!! Perfecto. Tomé el ascensor pero no podía bajar a la planta baja porque allí los guardias me verían salir de la puerta de los residentes de música y entrar por la puerta dedicada a los de la escuela de idiomas para tomar el ascensor adecuado. Así que decidí bajar al sótano, donde está la lavandería.

Perfecto, allí cambié de ascensor y subí a mi piso. Creo que no vuelvo a bajar a la 6ª planta, tengo secuelas irreversibles.

Ahora os dejo con algunas fotos de la habitación y de las vistas que tenía la primera noche:

Foto de la habitación desde la puerta de entrada. A la izquierda está la cama.

Foto desde la ventana.

Por la mañana, foto desde la ventana.

Pronto seguiré escribiendo más. Tengo bastantes fotos por enseñaros y cosas que contaros. Para daros un anticipo, sólo os puedo decir que la gente en Nueva York es algo menos amable que en San Francisco en general, sobre todo los trabajadores del Metro, de los restaurantes, etc.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dani, sólo tú puedes liarla así xD

Muy chulas las vistas.

Ya me he puesto al día en tu blog. Qué poco... eso significa que estás de fiesta continua. Bien bien.