Llegada a LA
Por cuarta vez me enfrentaba al control de inmigración en USA.
La primera vez lo pasé bastante mal debido a que tuve que esperar una cola de 3 horas y media (
Caos en Chicago). Pero las dos siguientes veces fue todo muy sencillo.
Yo esperaba que esta vez fuera igual de sencillo. Llegar a la fila de mostradores del aeropuerto de Los Ángeles, esperar una pequeña cola, llega tu turno y las preguntas: cuál es el propósito del viaje, durante cuánto tiempo vas a estar en Estados Unidos, pon los dedos aquí que te escaneo, espera que te hago una foto. "Perfecto, bienvenido y que tenga buen viaje". Eso es lo que esperaba. En el mostrador de atrás vi que Carmen pasaba sin problemas, pero de repente el policía que me estaba "entrevistando" dijo: "muy bien Daniel, no hemos acabado. Espérese aquí y un compañero mío le acompañará para hacerle algunas preguntas más de tal forma que podamos completar el proceso".
Fui a echar mano a mi pasaporte y me dijo amablemente: "no se preocupe, mi compañero se encarga de su pasaporte. No tiene que preocuparse por nada, está en buenas manos"
Mierda.
Mierda, mierda, mierda.
No es que me pareciera demasiado problema este contratiempo, pero no quería quedarme encerrado en una sala durante a saber cuánto tiempo. Por suerte, la sala donde me llevaron no era cerrada y me situé en un sitio en el que podía verme Carmen. Ella recogió mi maleta y esperó pacientemente a que todo acabara.
El problema es que este proceso no es rápido. En la sala de espera hay bastante gente. Y hay dos tipos de casilleros: uno "exprés" y otro "normal". Y mi pasaporte, obviamente, estaba en el "normal".
El casillero rápido es para la gente que tiene vuelos de conexión y para los que tenían niños pequeños. Averigüé esto porque un chico protestaba ya que perdía su vuelo de conexión y porque todos los demás pasaportes que cogían de ese casillero correspondían a familias con niños pequeños.
El casillero normal era para gente como yo. Y mi pasaporte no estaba en las primeras posiciones ni mucho menos. Por suerte, de vez en cuando cogían un pasaporte de este casillero aunque no se hubieran acabado los del casillero exprés.
Tras casi una hora esperando, me llaman. Una hipotética conversación entre el policía y alguien llamado "Daniel" podría ser la siguiente:
-Señor policía (SP). hola Daniel. Siéntese.
-Daniel (D). ok.
-SP. ¿cuál es el propósito de su viaje?
-D. turismo, vengo con mi novia y está esperando fuera.
-SP. Y, cuénteme Daniel, ¿adónde van a ir usted y su novia? (entiéndase que entendía "usted" pero el policía decía "you").
-D. nuestro primer destino es LA. Después de eso, vamos a iniciar un viaje hasta Washington DC. Allí tomaremos un vuelo de vuelta a España.
-SP. ¿Cuánto tiempo van a estar en USA? ¿Tiene la tarjeta de embarque del vuelo de vuelta con usted?
-D. Vamos a estar viajando 2 semanas. No tengo la tarjeta de embarque, pero tengo la reserva del vuelo de vuelta. Aquí la tiene. (NOTA: a la entrada a la sala de espera me hicieron dejar la mochila en un recinto controlado por un policía, así que abrí mi mochila y cogí una funda donde guardaba papeles interesantes como la reserva del vuelo de vuelta y las reservas de algunos de los hoteles).
-SP. Déjeme ver... Y, ¿dónde está la reserva del vuelo a Washington DC?
-D. No hay vuelo a Washington DC. Vamos a viajar en coche. (Acabé la frase con una sonrisa placentera y con los ojos llenos de ilusión rockNrolla).
-SP. Emm... (Cara de sorpresa)... Pero, ¡¡es una distancia enorme!!
-D. Sí, es una experiencia genial a la que dedicar las vacaciones: un roadtrip entre LA y Washington DC.
-SP. (con cara de alucine) Vale, de acuerdo, creo que todo está en orden. Espero que tengan un buen viaje y que disfruten de sus vacaciones.
(Fiú)
Después de esto salí pitando para encontrarme con Carmen, pasar el control de aduanas (mucho más sencillo) y ver a Antonio a la salida de las puertas de llegadas.